Corren malos tiempos para el humor que tenga tintes
políticos.
Es un tema espinoso, pero es lo que hay. A día de hoy, no se
puede bromear con según qué cosas, lo cual me preocupa porque éste es un blog
en el que cada semana me río de un suceso o personaje histórico. Personalmente
me parece una idiotez la censura con la que blindan a según qué personalidades.
¿Os imagináis una Alemania en la que está penado con cárcel
hacer subtítulos graciosos de la escena del búnker de Hitler en El Hundimiento?
Los políticos, como figuras públicas que son, han sido objeto de chistes y
bromas durante siglos. La desacreditación pública mediante chistes ofensivos ha sido una herramienta política más a la que se ha recurrido en numerosas
ocasiones en las que se ha buscado el desprestigio del oponente.
No me vale la excusa de “es que estás bromeando con algo
reciente”. El atentado de Carrero Blanco fue en el año 1973, lo cual quiere
decir que han pasado 44 años (a día de hoy). Si no se pueden hacer bromas de un
suceso que hace casi medio siglo que ha ocurrido, apaga y vámonos. Pero no hay
que sorprenderse. Uno, que es historiador, supongo que por defecto profesional,
no puede dejar de establecer similitudes con los hechos que ocurrieron en 1905
con la revista satírica catalana “Cu-Cut”.
Maldito "Cu-Cut", con Mahona no se atreve ¿eh?