domingo, 19 de marzo de 2017

[Análisis] "La prensa británica y la Guerra Civil española"



Esta semana toca más Guerra Civil, que ya estamos en la recta final.



Desde el estallido de la Guerra Civil, la prensa internacional se hizo eco de los sucesos en España. Había periódicos cuyo interés era anecdótico, y lo que querían era explotar el morbo y la sed de aventuras (porque por aquel entonces España era una especie de país exótico del que poco sabían en el extranjero). Había otros periódicos que querían informar de lo que estaba ocurriendo.

La prensa de Alemania e Italia, en bloque, apoyaron al bando sublevado sin demasiadas dudas. Inglaterra pugnaba por cerrar los ojos y gritar ante toda Europa “si no lo veo, no está ocurriendo”. Francia luchaba con una especie de doble personalidad y no sabía si ayudar o no a la República. En estos dos últimos países se dio una lucha propagandística para que la opinión pública apoyara a uno u otro bando.

Sin embargo, la prensa izquierdista hizo causa común con el gobierno republicano, y frecuentemente llegaron numerosos periodistas a España a encontrar “la verdad” para contársela a sus lectores. Los medios conservadores, en líneas generales, se conformaron con la versión propagandística del gobierno de Franco.

A Robert Capa le gustaban más las guerras que a un tonto un lapicero.
En esa lucha propagandística se enmarcan fotoperiodistas como Robert Capa y Gerda Taro como reporteros. Y si quitamos las ideologías, muchos países de Europa tenían una visión romantizada de lo que era España por aquel entonces: en una época de innovaciones tecnológicas y refinamiento, una guerra en la atrasada España suponía aventuras y emociones. Como las que vivía Lord Byron en Grecia o Pérez-Reverte en los Balcanes.


El libro de esta semana tiene un título que no engaña a nadie, “La prensa británica y la Guerra Civil española”. Habla de eso mismo, de la relación que tienen los ingleses con la Guerra Civil y es un compendio de diferentes artículos publicados en periódicos ingleses. Este libro nos ayuda a sondear la opinión general que podía tener la isla sobre el conflicto español, con sus intereses y sus preocupaciones.

Por lo tanto, estamos ante una recopilación traducida de artículos ingleses. El primer tercio del libro es la toma de contacto con el conflicto. Son los intentos de justificar o alertar de lo que está pasando en España: desde los fusilamientos sumarios  por parte de los franquistas hasta el ateísmo de las hordas rojas. Incluso hay una semblanza pelotillera de Franco.

"Antes de derrocarme, intenta superarme" - Famosas palabras de Niceto Alcalá-Zamora al General Franco.

Pero lo que más ruido hacían era los intentos de sacar a Inglaterra de su té de las cinco perpetuo y que rompiera el Comité de No Intervención. Muchos de los periodistas que escribían desde España ponían de manifiesto que la lucha para frenar el fascismo en Europa estaba empezando en la Guerra Civil, que apoyar al gobierno republicano era la mejor manera de contener el fascismo en Europa. Pero nadie les hizo caso.

La parte central es en la que se cuenta las relaciones de los británicos que están luchando ya en suelo español mediante las Brigadas Internacionales. También los viajes de turismo bélico que hacían los políticos ingleses al frente de batalla. Todo lo que ocurra en España que tenga a un británico como protagonista es susceptible de salir en este capítulo.

¿Que las enfermeras británicas dicen algo? Al segundo capítulo ¿Que Clement Attlee visita España? Al segundo capítulo ¿Que las Brigadas Internacionales han cosechado alguna victoria? Pues al segundo capítulo, por supuesto.

- Pero oiga, hoy no sabemos que contar sobre la Guerra Civil española.
- Averigüe si Ernest Hemingway está sobrio y pídale que nos escriba sobre cualquier cosa.
- Oiga, que yo soy Ernest Hemingway.
- Perdone, señor Hemingway, sin la botella de whisky no le había reconocido.

Finalmente, el último capítulo engloba las historias de “interés humano”, ese eufemismo que significa “sensacionalismo”, de la Guerra Civil. Pero no “sensacionalismo” barato de Telecinco, de ese en que fulano ha sido vista la con la ex de nosequién, sensacionalismo de principios del siglo XX. El sensacionalismo de principios de siglo XX se interesa por el drama humano y por el morbillo de la guerra. Saber lo mucho que estaban sufriendo los niños y lo mal que lo estaban pasando las mujeres, conocer relatos de héroes anónimos que relucían en las tinieblas de la guerra.

Por eso el hilo conductor es el sufrimiento de la población durante la guerra. Que si bombardeos en la cola del pan, que si horror e inseguridad en la retaguardia, que si el caos… en fin, esas cosas. Barcelona con sus altercados entre izquierdistas y Madrid con el frente entrando en la ciudad son dos temas que impresionan a los ingleses y que, por lo tanto, se repiten una y otra vez en los periódicos.


Lo que se pretendía conseguir era que el Señor Clayton, que nunca había salido de Little Chalfont, levantara la vista del periódico y le dijera a la Señora Clayton “qué barbaridad, ¡cómo está la situación en España!”. Pero lo que la prensa no pudo impedir es que, seguidamente, el Señor Clayton añadiera “hoy sólo tomaré media taza, cariño”.


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