domingo, 27 de marzo de 2016

Intermedio febril

Hoy no va a haber entrada.

Escribo esto bajo los efectos de un Frenadol, con ese sabor entre naranja y veneno, porque tengo fiebre y, en líneas generales, un catarro monumental. Me esperan un par de días de cama y vasos de leche con miel.

Qué le vamos a hacer, se me presenta una Semana Santa de penitencia.

domingo, 20 de marzo de 2016

La Revolución Rusa



La Revolución Rusa es una de esas revoluciones que cambian la Historia. Como la Revolución Francesa. O el invento del fuego, que también sería revolucionario en su momento, yo que sé.

La Primera Guerra Mundial hizo mierda a países que tenían una larga trayectoria como imperios. La gente de esos imperios, que veía como las cabezas visibles de sus monarquías eran perfectas e infalibles, empezaron a dudar de ellos cuando las derrotas se alternaban con derrotas estrepitosas. 
Uno de ellos fue el Imperio Austrohúngaro, otro el Imperio Otomano y, finalmente, el Imperio Ruso.

Desde principios del siglo XX, Rusia se las llevó calientes en todos los frentes y en todas las guerras. Rusia era un país enorme y eso significaba que tenía frontera con muchos vecinos a los que no les caía bien. Es lo que tenía ser un imperio que estaba a la altura de los más avanzados países de África, por lo menos en cuanto a desarrollo y reformas. Si hicieran un casting para encontrar a un actor que represente antropomórficamente a Rusia, yo elegiría a aquel cuyos padres fueran primos.

Niño vendiendo modernas calculadoras portátiles de diseño ruso.

domingo, 13 de marzo de 2016

La Segunda Guerra Mundial (II)



Nos habíamos quedado en 1941, un año crucial para la Segunda Guerra Mundial. En ese año entraron a darse de tortas en la guerra dos grandes potencias mundiales: Rusia y EEUU.

El 22 de junio de 1941, Hitler comenzaba a invadir la Unión Soviética, poniendo fin a la amistad más forzada  de todos los tiempos. Infinitamente más tensa, frágil y llena de segundas intenciones que la amistad que queda después de un “te quiero pero como amigo”. De esta forma se abría el frente oriental. O, si eras ruso, el frente occidental. Cosas del punto de vista. Además, el mayor país comunista de todos los tiempos entraba en el club de “odiamos a Alemania”, hasta ahora reservado para buenos capitalistas como Inglaterra o Estados Unidos.

¿Estados Unidos? Si, Estados Unidos.

Estarás pensando “pero si acabas de decir que EEUU no entra en la guerra hasta 1941”. Bueno, ese año es el año en el que entra oficialmente en la guerra, pero desde el 39 llevaba ayudando a los aliados con materiales e inversiones para las industrias inglesas (mayormente porque Francia estaba ocupada por los alemanes). Japón, para frenar estas intervenciones “de tapadillo” ideó un plan para impresionar a Estados Unidos.

Demos una razón a EEUU para que nos declare la guerra. Así seguro que seguirán manteniéndose neutrales,

domingo, 6 de marzo de 2016

La Segunda Guerra Mundial (I)



Mientras estaba escribiendo la semana pasada me di cuenta de una cosa: mucho hablar de la Primera Guerra Mundial pero poco hablar de su secuela. A pesar de que, y aquí todo entendido de cine me dará la razón, segundas partes nunca han sido buenas. Aun así, Os recomiendo escuchar a Wagner mientras leéis el texto.

Como buenos europeos que somos, os voy a contar las cosas desde el punto de vista eurocéntrico. Dejemos el teatro de operaciones del pacífico, con esos amables japoneses asesinando y violando indiscriminadamente, para otra ocasión. Así que empecemos con el meollo del asunto europeo.

Hitler, un tío que hizo historia… concretamente la hizo peor para todos. Básicamente convenció a los alemanes que no deberían haber sido derrotados en la Primera Guerra Mundial. Y montó una revancha. Y la volvieron a perder. Con uniformes cojonudos, eso sí.

¿Cómo que no puedo entrar en la escuela de arte? os vais a enterar, cabrones...