Allá por el lejano verano de 2015 dije que cuando leyera
algún libro realmente interesante, lo recomendaría en este blog bajo la
etiqueta “crítica literaria”. Y hasta ahora, sólo había podido recomendar “Sin
Novedad en el Frente”.
Sin embargo, se une a la prestigiosa categoría de libros que
solo puedo recomendar “No se fusila en domingo”. E intentaré hablar del libro
sin hacer spoilers.
En sí, el libro narra los recuerdos de Pablo Uriel, un médico
recién licenciado por la ciudad de Zaragoza, la preferida por un sector importante de sorianos de nacimiento, y de cómo le afecta personalmente la
Guerra Civil. Aunque fueron editadas casi en el ocaso de su vida, las memorias de Pablo Uriel son
autobiográficas y muy ricas: narrativamente brillantes, históricamente
fascinantes. La principal barrera de este libro no son párrafos interminables o
narración farragosa, el principal inconveniente que tendrá el lector es
encontrarlo porque es una obra “minoritaria”. Su yerno, además, ha llevado las memorias de Pablo Uriel a la dimensión de la novela gráfica.
Portada del libro, para que lo reconozcáis nada más verlo