domingo, 1 de junio de 2014

La Inquisición



Da la casualidad de que escribo esto en medio de una tormenta que ambienta bastante bien el tema a tratar y le da una atmósfera mucho más sombría.

La Inquisición como institución tiene una larga fama asociada a una leyenda negra a veces poco merecida. No voy a decir que la Inquisición era una ONG que iba dando abrazos gratis por la vida, pero romperé una lanza a su favor: la cultura popular ha exagerado con creces la labor e intransigencia de muchos de la Inquisición, potenciando los mitos y leyendas asociadas.

Se crea en el siglo XII para combatir la amenaza cátara del sur de Francia. Esto quiere decir que Inocencio III no se contentaba con excomulgar espiritualmente a la herejes, también quería eliminarlos físicamente. Y para eso nada mejor que un grupo dependiente del Papado para que garantizara la ortodoxia religiosa y castigara esos molestos pensamientos alternativos.

Pedro Arbués, primer inquisidor de Zaragoza. Apuñalado en el cuello mientras rezaba en La Seo. Parece que no era muy querido ¿eh?

Los cometidos iniciales de los inquisidores eran fáciles: buscar la pureza de fe. Para ello tenían que vigilar y controlar todo aquello que pudiera afectar a la Iglesia y sus costumbres. Blasfemia, poligamia, usura, brujería… todas esas costumbres eran perseguidas por la policía de las costumbres en la que se había transformado la Inquisición. Porque los inquisidores ardían en deseos de ayudar a la comunidad.

La Inquisición en España no se introduce hasta bastante más tarde, siendo fundada en 1479 por los Reyes Católicos. Esto quiere decir que la famosa costumbre de relacionar Edad Media e Inquisición Española es falsa porque su vida transcurre casi enteramente en la Edad Moderna. Otra de las características que lleva la contraria a la creencia popular es que fue usada como instrumento político casi tantas veces como instrumento religioso. Allá donde no llegaba la justicia terrenal, llegaba la divina.

Eso se traducía en que, cuando a un enemigo político no se le podía enjuiciar por la vía normal, se le acusaba de sodomía, blasfemia u homosexualidad y a correr. Y demostró ser una herramienta muy útil en los casos de Antonio PérezDon Juan de GurreaLa Inquisición pasó a ser un instrumento de coacción política bastante eficiente  y es que siempre se mantuvo como una institución estrechamente vinculada al Estado.


La Inquisición, especialistas en parrilladas

A la cabeza de la Inquisición estaba el famoso Inquisidor General, muy apreciado por los monarcas y no tanto por el pueblo llano. Le seguían el Consejo Supremo, a nivel nacional, que actuaba con órgano consultivo para el Inquisidor General y grupo de amigos privados que decidían que libros no se leían entre otras cosas. A nivel local estaban articulados los distritos administrativos, que son los que realmente ejercen la justicia, la imagen clásica del inquisidor, vamos. Cada distrito llevaba su libro de registros en el que se recogían cada proceso inquisitorial y se dejaba constancia de todo lo que ocurría.


Esos distritos generaban todo un aparato burocrático que les permitía controlar a sus sospechosos y presos. Notarios, fiscales, consultores, médicos… todos a sueldo de la Inquisición. Esa burocracia nos ha dejado interesantes testimonios como el de Menocchio, un molinero italiano juzgado por la inquisición italiana y que tenía una particular forma de ver la religión cristiana, que permitió al historiador Carlo Ginzburg rastrear toda la vida y milagros de ese molinero hereje.

La leyenda negra viene de su propia opacidad. La Inquisición castellana fue mucho más dura que la aragonesa. Cualquier persona podía denunciar anónimamente ante los inquisidores, el acusado no sabía sus supuestos crímenes de los que se le inculpaba, llegándose a culpar de cosas que no había hecho en las torturas a las que se le sometía. En caso de ser culpable las penas podrían ser muchas: multa, ver sus propiedades embargadas… no siempre eran condenados a muerte. En caso de ser declarado inocente, siempre tendría la sombra de la sospecha volando en torno a él.

La Inquisición Española se supo adaptar a los tiempos. Al principio comenzó persiguiendo a los judeoconversos, luego se ocupó de los moriscos y, cuando dejaron de ser un problema los moriscos, fueron a ocuparse de los cristianos viejos (para homogeneizar la religión cristiana). A partir del siglo XVIII pasó a ser una institución minoritaria que incordiaba con sus trasnochadas visiones de la moralidad y la decencia.

Y hasta 1834 que duró.
Los inquisidores, esos si que sabían montar buenas fiestas como las que pinta Berruguete




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