domingo, 19 de mayo de 2013

Eurovisión: ¡Seamos pastelosos hasta la náusea!





Eurovisión: ese concurso musical que cada año aparece en mi televisión sin que me lo haya propuesto. Es más, aparece en mi televisión sin que yo mismo sepa cómo ni cuándo ha llegado a ella. Va en serio, no sé que es Eurovisión hasta que mi madre o mi hermana, fascinadas, se ponen a verlo: entonces es cuando pienso “anda, ¿ya ha pasado un año?”.

Gracias a la laca utilizada en ese tupé, el agujero de la capa de ozono es un 236% más grande. Un abrazo, Moldavia.

Hace años, cuando Europa estaba sumida en una gris posguerra de la que no se veía el final, a un iluminado se le ocurrió unir a los países (que hasta hace dos días se habían estado pegando de hostias con la mano abierta)  en un concurso musical. Inicialmente no digo que los países se lo tomaran en serio y enviaran a cantantes competentes pero, en pongamos por ejemplo cuarenta años, lo que antes era considerado un mecanismo de cohesión y competición sana entre los países europeos empezó a ser visto cada vez mas como uno de los legados casposos de la Guerra Fría.

¿Hodor?

Si, de la Guerra Fría. ¿Es que nunca os habéis preguntado que hacen países como Israel, Turquía o Marruecos? Esos países eran del bloque bueno y, aunque no pertenecieran geográficamente, se les dejaba competir con los otros países del bloque bueno. Y hasta 1994, tres años después de que los comunistas se disolvieran, no se les permitió entrar con goteo a los países del extinto Pacto de Varsovia.

Hoy en día es curiosa la diferencia entre países que compiten. Por un lado tenemos a los países que tradicionalmente están en la Unión Europea, que son veteranos de este concurso y que normalmente envían músicos de tercera o cuarta fila a que hagan el ridículo ante toda Europa y se vuelvan para casa. Por otro lado están los que acaban de entrar en el concurso o los que no están siquiera en la UE, estos países envían normalmente a músicos competentes con la ilusión de ganar el concurso algún año.

Los integrantes de "El sueño de Morfeo" antes de Eurovisión., que para ellos ha sido la "pesadilla de Morfeo"

Eurovisión, hoy por hoy se ha convertido en un concurso pop-pasteloso que parece añora la década de los 80, un concurso en el que todo es políticamente correcto y en el que las canciones tienen que ir sobre amor, felicidad o cualquier cosa positiva que te haga sentir bien como europeo. Mirad como nos gustan los géneros musicales convencionales y lo aceptado por las personas de bien.

Y es que ¿alguien se toma en serio Eurovisión hoy en día? ¿Realmente deberíamos seguir haciendo todo esto? Los países votan a sus vecinos o a sus amiguitos del alma en una especie de lengüetazos en el culo recíprocos en los que poco suele importar la calidad de la canción. Lo cual quiere decir que España, que ha acabado penúltima, no tiene amigos. Pero, hey, por lo menos no somos Irlanda.

La tonadilla que los turistas alemanes cantarán alegremente este verano en nuestras costas, irónicamente griega

La buena noticia es que faltan 364 días para que la televisión me recuerde que hay algunas personas que nacen sin talento musical pero se les da una oportunidad de que hagan el ridículo en la Vieja Europa.

Y si necesitáis un esquema que os lo deje bien claro, aquí lo tenéis:


1 comentario:

  1. Kurt Cobain debe de estar removiéndose en su tumba con la versión que le hicieron

    ResponderEliminar