viernes, 12 de octubre de 2012

V Ruta Botellón de los Sitios: un relato de lo acontecido



Amigos y lectores míos, sigo en fase convaleciente de la jornada etílico-cultural pero voy a relataros lo acontecido.

Por ser el 5º aniversario de tan lúdica actividad hubo eventos especiales que dinamizaron la ya de por si dinámica costumbre de beber en Pilares. La cosa comenzó a las doce menos cuarto, al lado justo de la estatua de nuestro amado fundador, primer Princeps y demagogo adorable, Augusto. La cosa prometía porque nos estábamos juntando más gente de la que Daniel Aquillué, fundador y organizador de tan magno evento, esperaba. Y es que la lluvia no perdona y provocó algunas bajas ¡bajas! Entre las filas de historiadores.

Que manda cojones, los que habían sobrevivido a los catarros y enfriamientos varios que coge todo el mundo, esos veteranos de mil botellones cuyos hígados deben de ser de plomo o de paté, se amedrentaron por unas gotitas de agua. Desde aquí cuestiono públicamente su hombría.


A lo que iba: a la hora acordada, justo a las espaldas de Augusto, Daniel  comenzó su discurso inaugural vestido de un Julio Claudio Genérico (Julius Claudio Genericus Sumo). Tras varios tragos largos de su “combustible especial”, obsequió a Miriam y Pablo Gracia (creedme, comparten apellido pero no tienen nada más en común) con sendos textos que contenían títulos y concesiones, así como generosas prebendas. Para que los demás no se molestaran y se iniciara un tumulto de proporciones históricas (¿lo pilláis? guiño-guiño) fueron repartidos papelitos con números romanos a todos los asistentes.

Ejemplo de las concesiones y privilegios otorgados. Cabe destacar la caligrafía y el lacre para cerrar la carta (zoom por Dios, que es una frikada).

Una vez acabada la introducción y desplazado el grupo hacia uno de los laterales del Mercado Central (que por cierto, sus sótanos huelen mucho a pescado). La parada era ya en el Renacimiento porque como todo Ilustrado sabe, la Edad Media es despreciable y debe de ser omitida. Posiblemente, lo más reseñable de esta parada es que se hizo la primer parte del sorteo con los papelitos con números romanos entregados antes. Los ganadores Fernando Samper con su brachirulo y un mapa de la Zaragoza de los Sitios plastificado y Pablo Gracia con “La guerra de la Independencia y los Sitios” de Armillas y una Ámbar Caesaraugusta. El segundo premio estuvo rodeado de polémica: suerte o corrupción, todo depende de a quien le preguntes lo que sucedió cuando Pablo sacó su propio número de la bolsa.

Una cerveza nunca fue tan codiciada como premio. Se de lo que hablo, estaba allí.


La siguiente parada, en la Audiencia, ya era en los primeros años del siglo XIX y los comecruasanes eran los malos. El showman de Dani esta vez se caracterizó con un chacó francés y un paraguas a modo de fusil para contarnos lo que de verdad le gusta, los Sitios de Zaragoza. Los transeúntes que por allí pasaban se quedaron mirándonos curiosos, e incluso hubo uno que nos gritó “¡Viva Palafox!”. Más tarde se procedió a la segunda parte del sorteo y esta vez ganaron Lydia Allué una Desperta Ferro especial Guerra de la Independencia y Miriam Gracia una botella de Ambar Caesaraugusta. Vuelta al problema de la manipulación de las papeletas, como si de una república bananera en elecciones se tratase.

En un breve lapso de tiempo nos movimos a la entrada de la Calle Alfonso para entregar las distinciones de veterano de la Ruta. Inicialmente pensadas para los que ya habían estado bebiendo y culturizándose otros años, terminaron convirtiéndose en el emblema otorgado a los asistentes de la V Ruta Botellón de los Sitios. Cuidadlas bien, están hechas en un 50% de papel, un 25% de tela roja, un 5% de imperdibles, un 10% de celo y un 10% de amor.

Emblemas de Defensor de Zaragoza, utilizados como "distinción de veterano" en esta ruta.

Sin embargo, algún dios en el cielo se enfadó con nuestra alegría y descargo sobre nuestras cabezas una tormenta torrencial que duro varios minutos y nos caló hasta los huesos. Cuando intentamos refugiarnos dentro del abandonado centro comercial de Puerta Cinegia, un amable empleado de seguridad privado nos invitó a salir y cerró la reja detrás de nuestras espaldas. Estábamos a merced de las inclemencias meteorológicas mientras Aquillué nos resumía a grandes rasgos el papel envejecido con un infecto café que había puesto en nuestras manos con una agilidad y diligencia pasmosa: la Carta de parto de Ysabel de la cavalleria.

Una de las Cartas de parto de Ysabel de la cavalleria repartidas en esa noche.

Y con esta última parada se daba por finalizada la V Ruta Botellón de los Sitios, al menos oficialmente. Sin embargo, ciertos sectores juerguistas nos suplicaron que nos quedáramos porque, y cito textualemente, “salgo muy poco y para una vez que salgo quiero que os quedéis mas rato”.

El caso es que acabamos a las 4 de la mañana, en la Plaza del Justicia sentados en la fuente mientras muchos de los integrantes del grupo intentaban ligar.

Sin duda, una experiencia que hay que repetir con una frecuencia inferior a “uno por año”.

Nos vemos al año que viene, compañero historiador.



P.D. Mención especial debieran tener las siguientes personas que por una u otra causa no pudieron venir:

Willy: defensor del limes del Norte, españolizador de alemanes.
Mapi: enviada especial a la capital del mundo conocido, Roma.
Lorenzo: diplomático que busca la incorporación del Ducado de Atenas en la Corona de Aragón one more time.
Alfonso: vive con bárbaros del Eire, caso perdido.
Todos los que no cursan historia pero estaban allí: por aguantar la chapa estoicamente con o sin ayuda del alcohol y a sabiendas de que había cosas que no iban a entender.


1 comentario:

  1. Morirás por esos comentarios sobre la Edad Media!!! Recuédame que te corte la lengua cuando instaure mi régimen feudal...

    ResponderEliminar